Barranquilla si es la casa de la selección?

Leo hoy en el periódico que la Federación está pensando en quitarle la sede a Barranquilla para los juegos que restan de la eliminatoria. La verdad, es que se han demorado como 15 años en tomar esta determinación. (bueno, si es que finalmente lo hacen!)
Recuerdo con horror el partido inicial de estas eliminatorias, Brasil – Colombia. No es por nada, pero creo que Brasil fue el local.
– El fiestero ambiente, la cultura tradicional de “curramba la bella” ocasiona que los presentes derrochen alegría desde su llegada al estadio hasta la hora del partido. Acompañada de cantidades generosas de ron, por supuesto. El problema es que para un partido de estos deben esperar 3-4 horas, ya sea haciendo fila, o en el mismo estadio, para que empiece el partido. Y bueno, tras varias horas de parranda (en muchos casos desde la noche anterior), es normal que exista el cansancio. Por más acostumbrados que tengan sus cuerpos a ese castigo, igual ellos también se cansan!. Para ponerlo en pocas palabras: A la hora del partido ya estaban enguayabados o mamados.
– Desde que llegó Brasil no hicieron sino manifestar su admiración por sus jugadores. Eso está bien, respetarlos … Sale (Los comentaristas dicen “Salta Brasil a la cancha”. Yo nunca veo que entren saltando, pero bueno) Brasil a la cancha … lo reciben con aplausos … OK, que decencia de público.
Gritería, fandango, juerga, rumba, parranda cuando sale Colombia, y durante los primeros 15 minutos. Seguro se les agotó el ron, porque tras el gol de Brasil: silencio absoluto.
Luego de eternos minutos de silencio, se vuelve a activar la algarabía, la locura total. Gol de Angel. Colombia es lo mejor. Segundo tiempo, lo mismo. Kaká nos hace el segundo, para que la última mitad del segundo tiempo finalice el partido con silbatina para Colombia, aplausos para Brasil. Se los merecían? Probablemente si. Pero es que hay un pequeño detalle que olvidaron … Colombia era la local!!! Fueron al estadio a apoyarlos, a hacerles barra, a presionar al rival y hacerles sentir en un ambiente hostil, para que rindan menos, se sientan presionados y eso sirva de ventaja para los de SU equipo y a los que fueron a apoyar, gane el partido! De eso se trata ser local, se supone que es una ventaja, de lo contrario harían todos los partidos de la eliminatoria en un pais neutral y a una sola vuelta!!! En lugar de chiflar al Colombiano por el tiro desviado, aplaudirlo, para que no le de miedo volverlo a intentar… ¿quien quita que esta vez si apunte bien (porque tiene confianza en si mismo, porque el público lo apoya), y lo meta?

(Hace poco dijeron que Colombia ha jugado más partidos en Bogotá, y el segundo lugar lo ocupa .. Miami!!!)

Hay un problema general con los aficionados que van al estadio, y creo que es propio de nuestra cultura.. somos triunfalistas a morir. Estamos con el equipo, pero solo si va bien… y en la costa esto si que es más pronunciado. Cuando Colombia gana, golea y baila todos cantan, bailan y los “vitorean”. Y cuando no … los chiflan, insultan y gritan! Se acuerdan como chiflaban al Pibe cuando volvieron de USA 94? Y no sólo en Barranquilla, he visto ese fenómeno en Bogotá también (el “voltiarepismo”, o el “alcaidocaerleismo”), en Cali, y seguro se dá en muchas otras partes. Tengo la idea de que los paisas no caen en ese error, no se si me equivoque. De algo tenía que servir tanto orgullo ciego.

En los deportes de conjunto, por encima del orden táctico y la técnica de los jugadores, en mi concepto está el factor sicológico. Siempre nos hemos creído menos que los demás, y por eso solíamos perder en el último minuto, y jugabamos como nunca para perder como siempre. Ese cambio de actitud que tanto se necesitaba comenzó con el “Profe” Marroquín (no sabía que los técnicos fueran profesores también, aunque en cierta forma si que lo son) en 1985, cuando inculcó en los jugadores una nueva forma de pensar, una nueva actitud, y cambiaron los tiempos. Ya son 20 años en los que hemos visto como con pura actitud mental positiva se ha evolucionado en ese aspecto (porque técnicamente el talento siempre ha estado ahí), y hoy tenemos (bueno, hay) cientos de jugadores repartidos por todo el mundo, Once Caldas campeón de América sobre la arrogancia de Bianchi, selecciones juveniles acercándose a títulos mundiales … todo porque los técnicos que han dirigido a esos jugadores les han trabajado sicológicamente para funcionar como equipo, y hacerles creer verdaderamente que si pueden ganar, y que los otros no son más que ellos por tener la camiseta de cierto color. Bueno, sumándole a esto el aspecto táctico y técnico, por supuesto. Yo creo que si una selección se acompañara de un motivador profesional (tipo Camilo Cruz), no habría quien los parara.

Ese factor sicológico debe ser apoyado por los gritos, cantos y aplausos de su público, así como al rival se le debe minar su confianza con abucheos, silbidos, insultos (sin agresiones, obviamente)… todo eso es la parte sicológica, y en la que el público tiene gran (toda?) influencia. ¿Por qué la bombonera es un infierno para los equipos visitantes? Las barras se encargan de recordarle al visitante que no es bienvenido, en cierta forma les mete miedo, y eso pesa en la concentración, lo que puede determinar el resultado final del partido. Es cuestión de hacerles creer que son menos, y a los suyos, que son más. Y si las barras logran su misión, contribuirán al triunfo de su equipo. Ahí si se puede decir “ganamos”.

Bien, aqui nos dedicamos a copiar los cantos de los Argentinos (porque aquí nada es original), hasta con el acento!! ¿no les da un poquito de pena?, pero no aprendimos lo que hay detrás, lo realmente importante: la presión al rival y el apoyo moral a los suyos. Y Barranquilla si que es la antítesis de lo que es ser local. Los chiflan si van ganando 4-0 y botan el quinto!. Sumemos a esto que como el Barranquillero promedio tiene su cabeza en Miami, gasta como si viviera allá, pero su realidad es que debe esta vida y como tres reencarnaciones … no hay plata para ir al estadio! Bueno, en su favor debo decir que la Federación piensa que el partido es en el Nou Camp … porque con esos precios … quien va? Un partido de Colombia en Barranquilla es ver 1/3 de estadio lleno, del cual 2/3 partes cambian de bando dependiendo del resultado parcial … y los jugadores (la mayoría juega en Europa) derritiéndose del calor! Pierde la Federación porque por taquillas no recauda (frescos que eso compensan con sus torcidos en las boletas y amistosos), pierde la selección porque no tiene sino críticos y solo recibe hostilidad, y a la larga perdemos todos!

Yo creo firmemente en las energías que se pueden desatar o canalizar, y que una concentración de personas si se lo propone puede influenciar, por ejemplo, en el resultado de un partido. Incluso es posible que los que vemos por TV puedan influir en los jugadores, sin importar la distancia. Todos hemos vivido en carne propia esa sensación de “cuando entré a ese cuarto, el ambiente era pesado”, o “sentía un paz, una alegría cuando estuve en ese lugar” .. Bien, imagínese lo que es jugar fútbol sumado a las malas energías (o buenas) de varios miles de personas… eso debe ser complicado, no? La tensión de un penalty que define el campeonato? Los locales pierden en mayor medida estas definiciones porque sumado al nervisosimo del jugador, está el de todo el estadio. O las ganan porque en cierta medida está la confianza de todo su público con ellos. William Vinasco lo sabe. No han oído en sus folclóricas transmisiones el “que-no, que-no, que-no” … eso tiene su fondo energético. Después de todo el tipo no es tan bestia como aparenta. Había otro, creo que “el paisita de oro” que decía “Energía positiva Colombianos…”. Todos en menor o mayor medida sabemos que esas cosas existen, pero como no las entendemos, no las controlamos, o la santa madre iglesia católica apostólica y romana no las acepta, pues simplemente las ignoramos, o las tememos, o las negamos.
Los jugadores lo que ganan con la experiencia, aparte de la que ganan como futbolistas, es a ignorar la presión del público. Por lo menos controlarla. Pero por más experiencia que se tenga, la presión les puede ganar en cualquier momento. Roberto Baggio, el que botó el penalty decisivo en la final del 94 sería un buen ejemplo.

Igual todos los partidos en una misma ciudad “agota” al público. En su bolsillo sobre todo. Brasil juega como en 6 ciudades, garantizando el lleno en cada partido. Y el apoyo.

No se confundan, no tengo nada en contra de la costa, los costeños o Barranquilla. De hecho, tengo muy gratos recuerdos de esta ciudad, y de sus mujeres, que son adoradas. Pero es que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa!

Barranquilla no debe ser, en mi humilde opinión, la sede UNICA de la selección. Hay que aprovechar ese calor húmedo que tanto afecta a los del sur (Uruguay, Paraguay, Bolivia), pero no más que tres o cuatro partidos allá. Así el currambero valorará lo que es tener el privilegio de tener su selección pocas veces en la eliminatoria, llenará el estadio y carajo, hará barra!. Y que el clima o la altura hagan lo suyo también, cuando convenga, dependiendo del rival. El resto de juegos debería repartirse entre Bogotá, Medellín, Manizales, Pereira, Armenia, Cali …. dependiendo de contra quien se juegue, independientemente de los intereses políticos o económicos que hay detrás. Peñalosa movió cielo y tierra, pero Bogotá resultó ser peor idea que Barranquilla. (Bueno, con Maturana, jugando en donde fuera, igual iban a perder). Igual uno o dos partidos aquí en Bogotá nos favorecerían. Por ejemplo, los Brasileños le tienen su respetico a la altura. Ecuador ya les ha ganado dos veces en Quito. Venezuela también teme a la altura. Estas otras (Medellín, Cali, etc) son ciudades que encantadas llenarían el estadio, y sobre todo, apoyarían a su equipo. No lo silbarían. Apoyar es estar en las buenas y las malas. Hacerles sentir que no están solos, que si pueden ganar.

Los Barranquilleros orgullosos se ufanan y sacan pecho al decir “Barranquilla: La casa de la selección”.
Yo digo: Si, pero la “casa-cárcel”!